Papá no sabe que su esposa me da el culo
Siempre sospeché que mi madrastra sería capaz de ponerle los cuernos a mi padre. Él está gordo, viejo, no se arregla, no se afeita y apenas si se baña un par de veces a la semana. Ella, en cambio, anda siempre vestida como una diosa, bien maquillada, peinada y arreglada para levantar todas las pollas a su paso. La prueba la tuve por mis propios medios, el día en que estábamos solos en casa y le confesé lo mucho que me gustaba. Escuchar esas palabras la puso a mil por hora, así que a los pocos minutos ya la tenía completamente desnuda, chupándome la polla y dándome el culo para que se lo follara hasta llenárselo de leche.