Perdí a mi esposa jugando al póker con su jefe y se la folló
La invitación a cenar que nos hizo el jefe de mi esposa era un poco sospechosa, y durante la cena descubrí por qué. El tío me confesó en la cara que tenía muchas ganas de follársela pero, por respeto a mí, no lo había intentado. Yo estaba a punto de darle una hostia cuando de pronto me ofreció apostarla en un juego de poker. Si él perdía, me quedaba con su coche. Si él ganaba, en cambio, se follaría a mi mujer. La oferta era muy tentadora y me sentía con suerte, pero perdí. No sé si me hizo trampa o no, pero no me quedó otro remedio que irme a casa y dejar que hiciera con ella lo que quisiera por el resto de la noche. Obviamente, se la folló bien follada, se la hizo mamar por horas y me la devolvió llena de leche.