La dentista Anna Polina le da el coño a un cliente para que no se queje

Los primeros tiempos de Anna Polina como dentista no fueron nada fáciles. La morena era bastante torpe, y a menudo le causaba dolor a sus pacientes. La mayoría sabía comprender que estaba aprendiendo, pero algunos cabrones como este, preferían quejarse en el hospital. Eso hasta que descubrió que con unos morreos y un poco de sexo, podía evitar los reclamos. A este tío no solo tuvo que enseñarle las tetas y dejar que se las tocara y se las chupara, sino que hasta tuvo que mamarle la polla y dejarse follar en el consultorio. Era eso o soportar una suspensión que podría costarle el trabajo…