Mi cuñada estaba regalada en la cama y me la follé
Mi cuñada había estado coqueteándome durante todo el día y yo, por miedo a meter la pata, no me animé a insinuarle nada. La prueba de fuego sería por la noche, cuando ella se acostara a dormir. Entonces, yo sabría por la ropa que se pusiera que intenciones tenía, y cuando me la encontré durmiendo en bragas y camiseta, no dudé un segundo. Esa guarra quería que me la follara, y sin decirle una palabra me acosté detrás suyo y la penetré. Enseguida la zorra empezó a tocarse las tetas, así que le eché un polvo de muerte y me corrí adentro de su coño.