El día que mi padrastro me quitó la toalla y me folló por la fuerza

Las miradas que me dedicaba mi padrastro eran cada vez más lascivas y evidentes, pero yo no me preocupaba porque mi madre siempre estaba en casa hasta que, aquel día, él llegó justo cuando yo estaba sola, bañándome. El cabrón se acercó despacio, abrió la puerta del baño, me vio desnuda y empezó a cascársela espiándome. Cuando terminé y me estaba secando, entró de repente, me cogió del pelo y me metió la polla en la boca mientras me tocaba las tetas. Después de obligarme a chupársela, me quitó la toalla, me comió el coño y me folló en todas las posturas. ¡No sé cómo mi madre se enamoró de ese cerdo!