Mi hermanastra quería una lección de sexo y le desvirgué el chochito peludo
Mi hermanastra entró en mi cuarto decidida a despejar todas las dudas que tenía sobre el sexo. Sus compañeras la estaban bombardeando a información y estaba bastante confundida. El material que circulaba por su móvil era muy fuerte y le despertaba mucha curiosidad. Cuando me enseñó la foto de una tía comiéndose una polla y me dijo que quería aprender a hacer eso, me dejó helado. Le propuse que practicara con el consolador de su madre, pero fue en vano. Ella insistió hasta que saqué mi polla y se puso a chupármela. Sentir a mi hermanastra tragándose mi polla me calentó tanto que decidí darle dos lecciones al precio de una y acabé follándomela. ¡Nunca pensé que sería yo quien desvirgara su hermoso chochito peludo!