Mi madrastra no quería el masaje y acabó tragándose mi corrida
El masajista le había fallado a mi madrastra, quien lo había llamado para que le diera una sesión de masajes mientras mi padre estaba de viaje, y yo, que estaba tomando mis primeras clases, me ofrecí a masajearla. Ella no quería saber nada de que le pusiera las manos encima. Pensaba en que a mi padre no le gustaría nada y que se moriría de vergüenza si tuviera que quedarse en ropa interior frente a mí. Al final, no solo acabé desnudándola por completo, sino que hasta se calentó tanto con mis masajes que no se resistió cuando le metí la polla en el coño y comencé a follármela. ¡La muy puta acabó de rodillas, mamándomela hasta tragarse toda mi corrida!