La colombiana quería un tatuaje y acabó pidiéndole polla al tatuador
Lo que más le gusta a esta jovencita colombiana criada en España de hacerse tatuajes es, aunque parezca mentira, calentar a los tatuadores. Ella es una provocadora natural, y por eso se hace tatuar en los sitios más privados de su cuerpo para tener que, necesariamente, enseñar más de lo que corresponde. Le fascina ver como los tatuadores se excitan. Hace todo lo posible para ponerles las pollas duras y, cuando lo consigue, simplemente se los folla. A este chaval lo volvió loco enseñándole las tetas y el coño. Tanto que acabaron echándose un polvo increíble, en el que se pasaron un largo rato chupándose mutuamente en la postura del 69.