Me sentí muy puta chupándole la polla al chofer del Uber
Era obvio que cuando el chofer del Uber se me puso a hablar de sexo era porque quería coquetearme. Yo, que suelo hacerme la tonta en esos casos, empecé a prestarle atención y me puse a charlar sin problemas. Evidentemente, aquella mañana estaba mas cachonda de lo habitual. Al llegar, se me ocurrió decirle que no tenía dinero para ofrecerle pagarle en carne. De repente sentía unas ganas tan fuertes de hacerle una mamada que hasta hubiera pagado por chupar esa polla. Por suerte aceptó y me hizo el favor, así que se lo retribuí con una rica follada después de mamársela hasta el cansancio.