El primer polvo de las vacaciones fue por todos los agujeros
El viaje había sido agotador y lo único que queríamos era descansar, pero en el cuarto del hotel nos sentíamos tan a gusto que nos pusimos cachondos apenas nos echamos sobre la cama. Pensábamos dormir una siesta antes de salir a recorrer la ciudad, pero la zorra de mi novia de repente fue al baño y regresó en ropa interior. ¡Que calentura me pillé al verla! Enseguida nos pusimos a tocarnos, a morrearnos, a chuparnos y, por supuesto, a follar. Estábamos tan calientes que hasta nos dimos el gusto de practicar el sexo anal, así que aquel, nuestro primer polvo de las vacaciones, fue una de las folladas más completas de nuestras vidas.