Mi novia me dio una mamada en la noria
Convencer a mi novia de que me diera una mamada de polla en la noria no fue nada fácil. Aunque le gusta hacer guarradas en sitios públicos, en aquel parque estaba lleno de familias y podrían vernos desde varios sitios. Distinto es hacerlo en un aparcamiento, en el cine, en el bosque o en la playa, donde lo peor que puede pasar es que nos pillen una o dos personas, y se deleiten mirando el espectáculo. En el parque de atracciones, cualquiera que la viera comiéndome la polla montaría un escándalo y lo más seguro sería que acabáramos pasando la noche en la comisaría. A pesar de eso, el morbo derrotó a sus miedos y terminó con mi rabo en la boca, mamándomelo hasta que me corrí.