Antes que follarme a un cerdo prefiero clavarme a mi hermana
En el campo, las variantes sexuales no son muchas. La verdad es que no hay nadie a quien follar, y la abstinencia es tan grande que no son pocos los que empiezan a analizar seriamente en tirarse a una oveja, una cabra, un cerdo o cualquier coño o culo que se le cruce en el camino. Yo por suerte tengo a mi hermana, que si bien es una cerdita en tamaño y aspecto, no deja de ser una mujer. La gordita sufre de los mismos problemas de abstinencia que yo, así que le encanta follar conmigo, chuparme la polla y pasearse a cuatro patas por el campo para que me la folle como a una perra en celo. ¡Gracias papá y mamá por darme una hermana tan putita!