El cerdo del hijastro le llena la boca de leche a la madrastra
La madrastra estaba durmiendo la siesta echada sobre el sofá cuando llegó el hijastro. El chaval no pudo evitar mirarla y notar que, debajo de ese corto vestido, llevaba unas bragas diminutas que le permitían enseñar el culo en toda su plenitud. Tampoco pudo resistir la tentación de acercarse y meterle mano, lo que lo puso tan cachondo que decidió sentarse en el sofá, sacar la polla dura y metérsela en la boca. La madrastra se despertó, pero estaba tan a gusto mamando ese rabo que se relajó chupándolo hasta que notó que la leche comenzaba a inundar su boca. La muy zorra se la tragó toda y, con la barriga llena, siguió adelante con su siesta.