Grabé con una cámara oculta el polvo anal que le eché a mi compañera de trabajo
La primera vez que me follé a mi compañera de trabajo fue de improviso, en el aparcamiento de la empresa, y en un rincón, de pie y contra la pared. Todo bastante incómodo, tanto como para que los dos decidiéramos repetir la experiencia. Entonces la invité a mi casa. Esta vez, preparé todo para que fuera perfecto, y eso incluía que grabara un buen video casero de sexo anal para masturbarme cuando estoy solo. Claro que eso no se lo podía proponer, así que puse una cámara oculta y pude tener lo que quería. Sabía que iba a dejarme follarla por el culo porque lo habíamos hablado en la oficina, así que solo me restaba enfocar bien la cámara a la cama.