El ginecólogo desnudó a Anie Darling y la hizo masturbarse hasta el orgasmo
Cuando Anie Darling se dio cuenta de que el ginecólogo se había pasado tres pueblos, ya estaba a punto de correrse. El cabrón la fue llevando poco a poco por un camino que parecía una rutina normal de cualquier consulta. Cuando la tuvo completamente desnuda y abierta de piernas sobre la silla de examinación, con las tetas y el chocho completamente expuestos, le dio un consolador y le ordenó que se lo metiera en el coño para medirle las pulsaciones. Anie empezó a masturbarse lentamente, pero el juguete era tan maravilloso que no pudo detenerse y alcanzó el orgasmo. Cuando acabó la consulta, la pobre empezó a vestirse rápidamente, muerta de vergüenza y sin poder creer lo que acababa de hacer.