Mi esposa consiguió el préstamo follándose al negro polludo
Con solo escuchar la voz del chaval del banco que vendría a entrevistarnos por el préstamo, supimos que era mejor que lo recibiera mi esposa. Al ser un hombre, era muy importante contar con el poder de seducción de mi mujer para que se apiadara de nosotros y nos diera el dinero que tanto estábamos necesitando. Claro que existía la posibilidad de que el tío quisiera algún favor extra a cambio de aprobar nuestra carpeta, y estábamos dispuestos a todo. Así fue como mi mujer acabó poniéndome los cuernos con este negro que tenía una polla más grande que mi brazo. En realidad no fueron cuernos porque yo estaba al tanto. Sin embargo, que la hiciera gozar de semejante forma taladrándole el coño sin piedad y le hiciera mamar la polla hasta llenarle la cara de leche, no me hizo mucha gracia.