Me ducho con mi hija y nos damos sexo oral bajo la ducha
La costumbre de ducharme con mi hija la tenemos desde siempre, solo que ahora que ya es mayor y tiene un cuerpazo, mi polla empieza a reaccionar contra mi voluntad cuando la veo desnuda y, sobre todo, cuando le pongo las manos encima. Aunque no me he atrevido a follármela y creo que jamás me atrevería, me encanta comerle el culo y el coño. Ella se vuelve loca con mis lamidas, y siempre me devuelve el favor mamándome la polla de rodillas mientras yo le lavo la cabeza. La verdad es que ducharme con mi hija es uno de los placeres más grandes que hay en esta vida.