Le pedí un masaje a mi madrastra y se puso a mamarme la polla
Mi madrastra se tardó apenas unos pocos minutos en calentarse dándome masajes. El error fue mío, porque cuando me pidió que me quitara la ropa para masajearme, me quité hasta el calzón. Al verme la polla empezó a tocármela y antes de que me diera cuenta ya estaba chupándomela. ¡Qué mamada mas rica que me dio! ¿Cómo no iba a premiarla con una buena follada? Me costó quitarme a mi padre de la cabeza porque me dolía estar follándome a su mujer, pero estaba tan excitado que logré concentrarme, follármela bien follada y dejarla satisfecha y con ganas de repetir la experiencia.