A la abuela le apetece un polvo con el nieto
El nieto nunca antes había visto a la abuela tan guapa. Ella se estaba arreglando para salir, y se veía mucho más joven que de costumbre. Peor que eso, estaba para echarle unos buenos polvos y el nieto se lo hizo saber. ¡La cara que puso la vieja cuando se enteró de que el nieto sería capaz de follársela! Suspendió todos los planes para comerle la polla y quedarse en casa follándoselo durante el resto de la noche. El tío con quien tenía la cita era guapo y majo, pero no tenía ni la juventud, ni la energía, ni la polla enorme y dura de su hijastro para follársela durante horas.