¡Abuelito no me espíes cuando estoy desnuda bajo la ducha!
Que Sofie Reyez haya aceptado la confesión del abuelo no quería decir que estuviera de acuerdo ni que por eso fuera a follárselo. El viejo le confesó que le atraía mucho y que varias veces había tenido erecciones pensando en ella o mirándole el culo. A Sofie no le hizo gracia escucharlo, pero tampoco se sorprendió. Sabe que es una mujer guapísima, con unas lindas tetas y un rostro angelical, y que cualquier hombre desearía follársela. Por eso, cuando pilló al anciano espiándola desnuda bajo la ducha, sintió mucha pena por él. Sabía que haberla visto totalmente en bolas le habría calentado, así que se apiadó del viejo y se dejó follar como una putita cualquiera por su propio abuelo.