Anya Olsen quería probar el sexo duro y vaya si le gustó
La pelirroja Anya Olsen se cansó del romanticismo. Que los tíos quisieran ligársela invitándola a cenar, después a tomar café y mas tarde la llevaran a su piso para empezar con las caricias y los morreos, la tenía aburrida. Estaba deseando que un tío bien cerdo, guarro y pervertido se la follara duro y la tratara como a una puta, y por fin conoció a uno que dio la talla. El chaval casi la asfixia follándole la boca sin piedad hasta dejarle la mandíbula resentida. A la hora de penetrarla, lo hizo a la primera y sin piedad, para taladrarle el coño brutalmente hasta hacerla estallar de placer.