Carmela Clutch estaba decidida a follarse al sobrino
Carmela Clutch no paraba de darle indirectas al sobrino. Le decía que estaba cachonda, que necesitaba una buena polla y que estaba harta de follar con el tío. La zorra ya había logrado calentarlo. El chaval, obviamente, no se animaba a insinuarle nada. Se trataba de su tía, y era la última persona con la que quería tener un problema. Sin embargo, cuando Carmela empezó a tocarle la polla, no hizo nada para detenerla. Sorprendido, veía cómo la sacaba del pantalón y se la metía en la boca para chupársela. El momento de follarse a la tía había llegado. Por fin iba a poder saborear esas ricas tetas y follarse a esa culona insaciable a la que le tenía tantas ganas.