Cómo no follarme a mi madrastra después de pillarla cocinando casi en bolas
Entrar en la cocina y encontrarme a mi madrastra de espaldas, solo con las bragas puestas y bien metidas en la raja del culo, me puso la polla como una piedra. ¡Por Dios! ¡Qué culazo increíble tenía la guarra! Cuando me escuchó, se volteó y la vista panorámica de sus enormes tetas que me ofreció no pudo ser mejor. Fueron segundos hasta que se cubrió, pero suficientes para que yo las guardara en mi memoria para siempre. Después volvió a darse vuelta para intentar seguir cocinando sin que la viera, pero yo aproveché para quitarle las bragas, la penetré por detrás y me la follé bien follada. ¡Cómo no tirármela después de haberla visto desnuda!