Compartiendo la polla del compañero de cuarto con la madrastra
La hijastra y la madrastra no sabían que tendrían que compartir el cuarto con un desconocido… ni se imaginaban que acabarían compartiendo su polla entre las dos. ¡Qué experiencia inolvidable! Sin embargo, ellas prefieren olvidarla, ya que cada vez que la recuerdan, piensan en lo que le han hecho al cornudo del padre. Entre las dos le chuparon la polla al tío mirándolo a los ojos para complacerlo como dos geishas. Después se turnaron para cabalgarle la verga mientras se tocaban y se besaban como dos lesbianas, para hacerlo delirar de placer. El chaval quedó encantado de la vida después de haber hecho su primer trío. Sin dudas, fue mejor de lo que siempre había soñado.