De espiar a mi hermana desnuda a follármela en cinco minutos
Si me hubiesen preguntado media hora antes, hubiera jurado que nunca jamás me follaría a mi hermana. NO existía esa posibilidad en mi mente. Nunca me lo hubiese imaginado ni lo había deseado. Sin embargo, cuando esa tarde la pillé desnuda bajo la ducha, me sorprendí con el tamaño de su hermoso culo y me quedé espiándola mientras me tocaba. Cuando ella me descubrió, me invitó a ducharnos juntos y se puso a chuparme la polla. Inevitablemente, acabamos echándonos un polvo incestuoso como si siempre hubiésemos estado esperando que alguna vez sucediera. Después de eso, nunca más volvimos a hablar sobre el tema. Aunque los dos hacemos de cuenta que nada pasó entre nosotros, en el fondo ansío mucho repetir pronto la experiencia.