El entrenador pervertido se aprovecha de la pequeña asiática

Si hay algo que a este entrenador le pone la polla dura como una piedra son las jovencitas bien delgadas y de baja estatura. Por eso, con esta jovencita japonesa se puso a mil por hora, ya que tenía un cuerpo perfecto para su gusto. Entrenándola empezó a meterle mano, a separarle las piernas y a hacerla elongar de más para calentarse al máximo, pero acabó poniéndose tan cachondo que decidió follársela. Aprovechándose de la diferencia de tamaño, se la clavó en las posturas más insólitas. La guarra disfrutó de un polvo diferente a todos, ya que gran parte del tiempo se la folló en el aire.