El jefe siempre encuentra una excusa para follarme
Mi jefe es un verdadero cabrón. Al poco tiempo de que empecé a trabajar, cuando comenzamos a tener un poco de confianza empezaron sus castigos sexuales por cualquier motivo. Al principio eran leves, como tocarme las tetas o darme suaves nalgadas. Como vio que yo accedía sin quejarme, al poco tiempo ya me hacía poner de rodillas y masturbarlo. Pronto empezaron las mamadas y, actualmente, así llegue un minuto tarde o repita la ropa del día anterior, me pone a chuparle la polla y me folla en todas las poses hasta que, al final, siempre se corre dentro de mi boca.