El marido de Claire Castel se la entrega a un amigo para que le rompa el culo
Aunque a veces se siente usada y sometida, el papel de sumisa le va muy bien a Claire Castel. Sobre todo por lo mucho que le gusta probar pollas nuevas todo el tiempo. Ella se hace la pobrecita y pone cara de víctima, pero en el fondo le encanta y se moja de solo pensar en las cosas que le harán. Al cerdo del marido le excita mucho verla follar con otros, y se cree que ella lo hace solo porque él se lo ordena. Nada mas lejos de la realidad. No hay nada que ella desee más que una buena follada delante del cornudo, y si es por el culo y al aire libre en medio de la calle, mucho mejor.