El masajista tienta a la clienta con su polla
Este masajista se puso en mente conquistar a la clienta y se mentalizó tanto que logró sin problemas. Apenas ella entró por la puerta, le provocó una erección. De solo saber que segundos después la vería completamente desnuda se puso a mil por hora. Después, durante los masajes, procuró hacerlos de la forma más sensual posible y, al llegar a sus hombros, le puso la polla, dura como una piedra, cerca de la cara. La rubia no tardó ni dos segundos en ponerse a mamársela. La guarra la chupaba con desesperación, como si nunca hubiese visto una polla así. Era obvio que, después de eso, le pediría a gritos que se la follara…