El premio de la rubia fue la gran polla del negro
Esta putita rubia creía que la mejor forma de comprobar si había posado lo suficientemente sexy durante la producción fotográfica era calentando bien al fotógrafo. El rabo del negro sería el termómetro que mediría la temperatura que habría levantado, y se le había puesto duro con solo verle las tetas. Para el momento en que le vio el chocho, ya estaba a punto de correrse sin tocarse. En ese momento, la rubia le sacó la polla, la tomó entre sus manos, empezó a masturbarlo y acabó haciéndole una mamada que, para poder correrse juntos, derivó en una apasionante follada interracial.