El proveedor le paga una pasta a la camarera por una mamada
A veces, una simple sonrisa de una chica guapa es más que suficiente para ponernos cachondos. Ese pequeño gesto puede llevarnos a imaginar cualquier cosa, desde una simple caricia o un morreo hasta una cena romántica o, por que no, una mamada o una follada tremenda. Eso es justo lo que le pasó al proveedor con la camarera del bar. Aquella era la primera vez que no estaba el dueño para recibir el pedido, y el bar acababa de cerrar. Era una oportunidad excelente para averiguar si sus sonrisas eran parte de un coqueteo o simplemente, porque esa era su forma de ser. Lamentablemente no pudo comprobarlo, ya que le ofreció tanta pasta a cambio de que le hiciera una mamada que la zorra le hubiera chupado la polla de todas formas aunque fuese el tío más desagradable del mundo.