El psicólogo apagó el fuego de mi coño con mas fuego
Después de muchas sesiones, me animé a contarle al psicólogo el problema que más me afectaba. Estaba harta de que me trataran de puta, y sabía que algo de culpa tenía. Es que me cuesta mucho resistir la tentación de follar con cuanto hombre se me cruce por delante, y cuando me tiro a varios tíos de un mismo sitio como el trabajo, el gimnasio o el grupo de padres del colegio, enseguida todos se enteran. El psicólogo me dijo que la mejor forma de resolverlo era apagando el fuego con mas fuego, y cuando le pregunté qué me estaba queriendo decir, me respondió sacando la polla y metiéndomela en la boca. ¡Qué rica que estaba! Me puse a mamársela como loca mientras me sacaba la ropa para que me follara. Me echó un polvo tan maravilloso que, desde ese día, no necesito que me folle nadie mas.