Follarse a la mujer de la limpieza nunca fue tan fácil
La idea de follarme a la mujer de la limpieza siempre anduvo rondando en mi mente pero nunca se me ocurrió montar un plan para hacerlo realmente. No era más que una fantasía que, a menudo, acababa en una paja imaginándome que algún día ella me confesara lo mucho que le gustaba. Sin embargo, el día en que por fin me la follé fue mucho mejor que eso. Simplemente abrí la puerta del baño y allí estaba ella, casi desnuda, solo vestida con unas bragas negras. Ella había decidido fregar desnuda porque hacía demasiado calor, y yo me aproveché de su calentura para quitarle las bragas, comerle el coño y follármela bien follada.