Jovencita latina desvirgada por el hermanastro
Que la hermanastra le estuviera contando que acababa de separarse del novio y que aun era virgen, era una invitación a desvirgarla para el hermanastro. Al cabrón le encanta desvirgar jovencitas, y la hermanastra lo sabe. Evidentemente ella quería dejar de serlo, porque al contárselo no pudo hacer nada para evitar que se la follara. El chaval empezó a meterle los dedos en el coño, la desnudó y la puso a comerle la polla. Después la volteó y, lentamente, la penetró desde atrás hasta metérsela toda hasta el fondo. La latina por fin perdió la virginidad, y frente al hombre al que tenía que verle la cara todos los días para recordárselo.