Jovencita rubia paga las deudas en carne
Esta jovencita rubia ni siquiera sabía todo el dinero que debía. Para cuando el cobrador se le apareció en la casa ya era tarde. Si no lo pagaba, se quedaría en la calle. Ya tendría tiempo de encontrar a los responsables y saber si culpar al exnovio, al contador o a los padres. De momento, no le quedaba otra alternativa que pagar… y no tenía un solo céntimo. Su cuerpo podría ser una buena moneda de intercambio y, aunque a ella no le gustaba nada la idea de dejarse follar para pagar la deuda, al cobrador le encantaba. Con tal de desnudarla, meterle mano, chuparle las tetas, ponerla a comerle la polla y follarle el chochito, era capaz de perdonarle hasta la última moneda.