La argentina Barbie Rivas empezó a entregar el orto cuando era empleada doméstica
La argentina Barbie Rivas descubrió su vocación cuando todavía era una empleada doméstica. En cada casa que trabajaba se la querían garchar, y la muy puta siempre se dejaba. Como no quería meterle los cuernos al novio, empezó a entregar solamente el culo, reservándose la concha para el chongo. Así se la han orteado desde los jefes hasta los hijos, ya que no había hombre que no quisiera romperle el culo y a ella comenzó a encantarle. Al poco tiempo les empezó a cobrar y se convirtió en una prostituta profesional, pero las primeras culeadas fueron todas gratis por amor al arte.