La criada colombiana siempre se me pone a cuatro patas
Contratar a esta criada colombiana fue la mejor decisión que mi mamá tomó en su vida. Yo no se si la guarra se cree que por follarse al hijo de su jefa tiene el curro asegurado. A lo mejor se piensa que logrará enamorarme y que en un futuro nos casaremos y acabará heredando la casa en la que limpia, lava y friega. No lo sé ni me interesa. Lo cierto es que todas las noches, cuando mis padres se duermen, me meto en su cuarto, empiezo a meterle mano hasta que se despierta y enseguida la zorra se me pone a cuatro patas ofreciéndome el culito y el coño para que me la folle. Quién sabe cuando tiempo más trabajará en mi casa… por eso yo no dejo pasar una sola noche sin follármela.