La gorda agradece que el hermano se la folle
Esta gorda tuvo mucha suerte de que el hermano haya empezado a follársela cuando apenas acababa de cumplir los 18 años. Desde entonces no ha parado de engordar, llegando a pesar casi doscientos kilos. Por supuesto, no hay hombre que quiera ligársela, así que no solo que nadie quiere tirársela sino que ni siquiera la invitan a tomar un café. Su hermano, en cambio, está tan acostumbrado a tenerla de puta sumisa que se la sigue follando a pesar de que parece una ballena. Si no fuera porque él se pasea en bolas por la casa y la pilla en cualquier momento para levantarle el vestido y clavarle la polla hasta el fondo, probablemente la gorda seguiría siendo virgen.