La masajista Cherie Deville recompensa al cliente que se llevó una paliza por defenderla

Cherie Deville es bien puta cuando quiere. Si un cliente le gusta, no tiene problemas en follárselo. Claro que, si no le atrae físicamente, se limita a desnudarse delante suyo para ducharse con él, darle los masajes y masturbarlo hasta sacarle la leche para agasajarlo con un final feliz. Y en eso estaba con un tío que era literalmente un monstruo cuando, de repente, se puso como loco y quiso follársela por la fuerza. Por suerte el siguiente cliente estaba esperando ser atendido e intervino para defenderla. A cambio se llevó unas cuantas hostias, pero Cherie supo recompensarlo. La masajista le dio un servicio completo que, además de ducha y masajes, incluyó una buena mamada y una follada inolvidable.