La pelirroja Madi Collins me saca la lefa con una paja
Madi Collins me demostró con creces que haciendo pajas no hay ninguna mujer que la supere. Tal vez habrá sido porque le encantó mi polla dura en cuanto la vio. Se quedó tan impresionada por el tamaño que se puso a masturbarme como loca sin quitarme la mirada de los ojos. Mientras tanto me ponía caras de puta, para hacerme poner más cachondo, y vaya si lo lograba. En varios momentos tuve que contenerme para no correrme. Ella se merecía que mi polla explotara de una vez, pero yo me lo estaba pasando tan bien que quería que siguiera pajeándome por el resto de mi vida.