La polla de mi cuñado merecía entrar en mi culo
Con la polla enorme que tiene mi cuñado ¿Cómo no iba a dejar que me la metiera por el culo? Lo descubrí un día en que estábamos en la piscina de un familiar y, por un descuido se quedó con el bañador en las rodillas. Yo fui la única que lo vio y él, al ver mi cara de sorpresa, no hizo más que sonreír. Después estuvo todo el día persiguiéndome para preguntarme si me gustaba la polla que había visto y yo, avergonzada, intentaba esquivarlo hasta que le dije que al día siguiente, por la tarde, viniera a mi casa si quería una respuesta. Allí nomás me le puse a cuatro patas, ofreciéndole mi culo en pompa, para que me enculara sin parar. Esa polla se había ganado el derecho a llenarme el ojete de lefa.