La rubia MILF y el vecino se tenían ganas desde hacía mucho tiempo
La vergüenza, el pudor y el temor a ser rechazados hicieron que la rubia MILF y el vecino jamás se animaran a decirse otra cosa más que «buenos días», «buenas tardes» o «buenas noches». Sin embargo, ambos se tenían ganas, se gustaban y se miraban con ojos de deseo cada vez que se cruzaban. Tuvo que ser un productor de videos XXX quien los uniera, y casi fue de casualidad. El chaval vive en el mismo edificio, y charlando con uno y otro, se dio cuenta de las ganas de follarse que tenían. Solo tuvo que citarlos y explicarles de que iba el video porno que quería grabar. Así, sin más, la rubia putona y el vecino se pusieron a follar como tanto estaban deseando.