La zorra de mi esposa me puso los cuernos con el entrenador
Por culpa de la maldita pandemia acabé convirtiéndome en el cornudo más famoso del pueblo. Todos los vecinos saben que mi mujer se folla al entrenador, y yo fui el último en enterarme. Es que la muy zorra, cuando iba al gimnasio, andaba con él a los morreos por los rincones y todos lo sabían. De hecho, el cabrón hasta se atrevía a tocarle el culo en público y ella sonreía. Solo bastaba con que alguna vez entrara a mi casa para follársela, y eso sucedió durante el aislamiento. Desde entonces, no volvieron al gimnasio y todos los entrenamientos fueron en mi casa. Obviamente, siempre acaban follando después de entrenar y, no se como se enteraron los vecinos, pero dicen que el entrenador está encantado con las mamadas que le hace.