Madre pelirroja deja que el marido negro se folle a la hijastra asiática adoptiva
La madre pelirroja se dio cuenta enseguida de que la hija asiática, en cuanto empezó a crecer, comenzó a mirar al padre con ojos de deseo. Es que enterarse de que era adoptada le sirvió para romper con el prejuicio de que follarse a ese hombre era pecado. Sentía que, al no ser de la misma sangre, podría ser tan suyo como de su madre. La mamá lo entendía. El negro tenía un tipazo y una polla tan grande que cualquier tía querría comérsela. Por eso, no se sorprendió cuando la pilló mamándosela. Por el contrario, les hizo compañía y presenció en primer plano cómo el marido se follaba a la hija en sus morros.