Mamá y papá con las visitas en el salón y nosotros follando en el baño
Después de la cena con mis padres y sus amigos, mi hermana, que se estaba aburriendo como nunca, pidió permiso para levantarse de la mesa y yo la secundé. Es que no hay nada más aburrido que estar en casa con visitas y no poder usar la consola ni el televisor. Mi hermana se fue al baño, a peinarse y yo, que no tenía nada que hacer, me puse a charla con ella. De pronto empezamos a sentir el mismo morbo de ponernos a follar habiendo visitas en casa, a pesar de que nunca antes habíamos tenido sexo. Hacerlo sería todo un desafío. No solo correríamos un riesgo muy importante, sino que tendríamos que saber excitarnos tocándonos, mirándonos y recorriendo nuestros cuerpos con nuestras bocas a pesar de que, al otro lado de la pared, se escuchaban a papá y mamá charlando con los amigos.