Me follé a mi cuñada por el culo en el baño y me corrí en su cara
La oportunidad que se nos presentó a mi cuñada y a mí de estar despiertos a esa hora de la noche mientras todos los demás dormían, era claramente una señal. Si no la aprovechábamos para hacerle caso a nuestros instintos y no nos poníamos a follar, seríamos dos tontos. Ya estábamos los dos en el baño. Solo bastaba cerrar la puerta y dar rienda suelta a nuestra pasión. Mi cuñada se desnudó y yo la seguí. Sin que le dijera nada se puso a hacerme una mamada tan rica que enseguida le pedí que me dejara follarla y la guarra se volteó ofreciéndome el culo. ¡Qué hermosa enculada le dí! Para terminar, le pregunté donde quería que me corriera y, como estaba a solo un paso de la ducha, me dejó darme el gusto de hacerlo sobre su cara. ¡Qué mejor forma de acabar que con una buena corrida facial!