Me follé a una peruana resentida con ganas de vengarse del marido
La cara de culo que tenía esta peruana era indisimulable. Parecía como si tuviera un cartel en la frente diciendo que acababan de dejarla plantada en el parque. Yo, obviamente, me acerqué para preguntarle si necesitaba ayuda con la única intención de ligármela. No me costó demasiado esfuerzo. Resultó ser una casada cabreada con el marido, así que aceptó sin problemas mi invitación para ir a follar a mi casa. Se ve que hacía mucho que no chupaba una polla, porque se prendió de mi rabo con desesperación y se puso a mamármelo sin parar. Después me la follé un buen rato y, cuando regresamos al parque, ya su cara había cambiado por completo.