Me follé a una preciosura cosplay en un baño público
Antes de conocer a esta guarrilla, no tenía ni idea de lo que eran las cosplays. Me daba un poco de miedo estar con una, pero sobre todo vergüenza. Pensaba cómo era posible que se pasearan disfrazadas como unas zorras por la calle, sin importarles lo que la gente dijera de ellas. A pesar de eso, me animé a citarme con una cosplay que conocí a través de Tinder, y fue de las mejores experiencias de mi vida. La invité a tomar un café y, mientras esperábamos que nos trajeran lo que habíamos pedido, me sugirió que la acompañara a los servicios. Allí, la zorra se puso a comerme la polla y acabamos follando. ¡Fue la primera vez que me follé a una mujer en un baño público! Así descubrí que eso de que las cosplays no sintieran nada de vergüenza, molaba y mucho.