Me prestó el dinero para pagarle al jefe a cambio de follar a mi esposa
Cuando abrí la puerta no me lo podía creer. Allí estaba uno de los guardaespaldas del jefe, dispuesto a romperme los huesos si no le pagaba el dinero que le debía. Por suerte éramos buenos amigos, y cuando le dije que no tenía ni un solo euro para darle, se ofreció a prestármelo. Claro que eso sería a cambio de una condición. Hacía tiempo que estaba caliente con mi esposa y quería follársela. Yo me negué rotundamente, pero mi mujer estuvo de acuerdo así que tuve que resignarme. El cabrón se la folló en mis morros, y lo peor de todo es que ella lo disfrutó tanto que tuvo como tres orgasmos.