Mi compañero me estaba mirando con ganas y me lo follé
Mi compañero de cuarto nunca me había mirado con ojos de deseo. Hasta ese día, jamás había hecho nada que me hiciera sospechar que me tenía ganas. Por eso, cuando lo vi mirándome las tetas y tomándome fotos, me sorprendí bastante. Me sentí un poco observada y hasta avergonzada, pero a la vez me excité mucho. Lo peor de todo fue su confesión. Cuando me dijo que lo volvía loco con mi camiseta blanca, supe que la cosa no acabaría ahí. Inevitablemente, terminamos follando y yo quedé enamorada de su polla. Era tan rica, dura y gruesa que desde entonces se la chupo todos los días.